Se abre la puerta del 7º
piso. Alice acaba de llegar de la última clase de la semana, es viernes por la
tarde, las 4. Ha comido en una cafetería antes de llegar a casa.
Por fin puede descansar un poco y luego
ponerse a estudiar.
Ya ha pasado una semana
desde que está en la universidad. Aún no ha podido escribirle a Taylor, han
sido demasiadas cosas que hacer y no ha tenido tiempo. Quizás este sea el
momento perfecto.
Deja las cosas encima de
la mesa de la cocina y va a su habitación. Abre el cajón del escritorio. Si,
ahí están. En ese cajón guardó los papeles, sobres y sellos, además de un
boligrafo negro. Todo para escribir las cartas a Taylor.
Querido Taylor:
Sé que te había
prometido escribir cada día, pero con la mudanza, los estudios y todo no he
tenido tiempo para hacerlo hasta hoy.
Creo que la mejor
manera de poder contarte todo es hacerlo cada viernes, ya que no me voy a casa
los fines de semana.
Cuando llegué me sentí
muy extraña, todo es tan grande, hay tanta gente… Y yo estaba sola, me faltabas
tú. Pero bueno, he ido conociendo gente. Hay una chica con la que coincido en
algunas clases que es muy maja, se llama Erika. Y bueno, también hay otra
persona… me cuesta contártelo, es difícil. Justin, también está, de hecho vive
cerca de mi piso, en la calle de al lado.
Hemos hablado varias
veces, está muy cambiado. Es como más buena persona, más simpático.
A pesar de todo esto
te sigo recordando. Quiero que sepas que…aún me acuesto pensando en ti, y que
lo primero en lo que pienso al despertarme eres tú.
No te he olvidado, no
es tan fácil. Aunque confío en poder volver a enamorarme, con el tiempo.
Te amo.
Alice.
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