martes, 12 de noviembre de 2013

CAPITULO 17- Septiembre



Hoy es el 1 de septiembre, nuevo mes, nueva vida, nuevas experiencias y nuevos recuerdos.
Han pasado dos meses desde que Taylor nos dejó, y aunque el dolor siga siendo muy reciente la herida se está curando.
Son las 7 de la tarde, hora de ir a ver a Taylor. Mañana empiezo en la universidad así que…será la despedida.

-Hola Taylor-sonrío mientras coloco las nuevas flores al lado de su foto- ya estamos en septiembre, como pasa el tiempo…Te hecho tanto de menos, tú me diste fuerzas para conseguir entrar, sin ti, no sería posible.
Quiero ir, la verdad, me hace falta salir de aquí. Lo único que me preocupa es separarme de ti, si me voy no podré venir a verte. No quiero que pienses que te olvidaré, no lo haré, nunca. Te prometo que haré lo que sea por hablarte.
Te escribiré, eso haré. Cada día a la misma hora escribiré una carta para ti, y me encargaré de que cada día a esa misma hora recibas mi carta anterior. No sé como hacerlo, es un poco…difícil, pero lo haré.
Cambiando de tema, tengo una buena noticia! Al final he convencido a mis padres para que me alquilen un piso solo para mí, para no tener que compartirlo, ya que tienen tanto dinero que lo empleen en una buena causa.
Así que en cuanto mi madre me lo comunicó me puse manos a la obra e hice las maletas, me lo llevo casi todo, pero como el piso es solo mío, no habrá problemas de espacio.
Mis padres ya han firmado los papeles, así que es oficial, ya están divorciados. Mi madre se queda con la casa familiar y el coche, mi padre con la casa de Nueva Jersey.
Supongo que ya no eran felices. Muchas veces me he preguntado cuanto hace que se terminó esa felicidad, su felicidad. Y mirando fotos he visto que hace mucho tiempo que su sonrisa es fingida, ya no es aquella tan especial del día de su boda, de su luna de miel…
Si ellos están mejor así, me alegro de que hayan tomado la decisión. Uno no puede vivir para siempre con una familia a la que no quiere.
Bueno Taylor, se me ha hecho muy tarde y tengo que irme, mis abuelos se van a las nueve y tengo que llegar a tiempo para despedirles.
Antes de que te des cuenta ya estaré de vuelta, solo serán tres meses, en navidades ya estaré aquí.
 Recuerda que te quiero.-y diciendo esto beso las flores, recojo las anteriores y camino hasta la entrada.
Al llegar al portalón me giro, una última vez.
-Adiós Taylor.




Al llegar a casa me encuentro con todo revolucionado, maletas por aquí, bolsas por allá.
-Cariño ya estás aquí.-me sonríe mi madre.
-Justo a tiempo.-responde el abuelo.
-Lo siento, es que he ido a ver a Taylor, a despedirme, cambiarle las flores…ya sabes.
-Bueno, ayúdanos a llevar las maletas al coche.-responde mi madre cambiando de tema.
En cinco minutos ya teníamos todo cargado y estábamos al lado del portal despidiéndonos.
-Adiós mamá, llámame cuando llegues.-dice mi madre dándole un abrazo a la abuela.
Y tras una larga cadena de besos y abrazos despedimos el coche, mi madre y yo, con la mano levantada.

-Bueno, pues ya estamos solas.-Sola si que te vas a quedar cuando me vaya mañana (lo pienso, aunque no se lo digo).
-Tengo hambre, qué cenamos hoy?-pregunto mientras me froto la barriga con la mano derecha.
-Hamburguesas, con lechuga y queso, como a ti te gustan.

Después de cenar me pongo el pijama para irme a dormir. Con tranquilidad me meto en la cama y poco a poco Morfeo se va adueñando de mi cuerpo y mi mente hasta que estoy completamente dormida.



No hay comentarios:

Publicar un comentario